domingo, octubre 21

Golpe Bajo Nº8

Ayer el programa estuvo de pelos. Creo que es el mejor que hemos hecho, al menos por los contenidos.
Empezamos con un par de noticias y -como arrancamos tarde- fuimos rápido a tanda. Al volver, estuvimos charlando con Marcelino Altamirano, dirigente social, fundador de la casa Puente Afectivo, un tipo que ha vivido todas las vidas y que ahora está haciendo una huelga de hambre para que exista un centro de rehabilitación público en la provincia. Una muy buena charla: sensatez y huevos.
Seguimos con una visita hardcore: Juan Gonzalo, amigo de la vida, vino a contarnos en qué andan los Involución, y a presentar su demo cargado de distorsión. Además, vino con Flor que juntos nos hablaron de los fanzines en general, y de QuienCallaOtorga en particular. U_na oportunidad interesante para interiorizarse en en mundo de la contrainformación.
Aprovechando la Feria del Libro (que en general fue una soberana bosta) hablamos con Pablo Gareca, del consejo editor de Donde Topa, una revista hecha por chicos de la calle y de distintos barrios del Gran Mza., con el que hablamos de los proyectos de Alternativa Solidaria y del impresionante e impactante emprendimiento que es Donde Topa, ya que significa una tarea de inclusión social llevada a la práctica con gente cuyo único interés es inyectar buena leche.
Después, casi un columnista, Leo nos vino a contar lo que fue un congreso que reunió en Córdoba a pueblos originarios de todo el territorio nacional: problemáticas locales y nacionales en una lucha de nunca acabar. Destacar la huelga seca del pueblo mapuche chileno, pidiendo por la libertad de los presos políticos declarados "terroristas" por una ley muy similar a la que aprobó el gobierno de -y esto léase con la mayor ironía posible- "centroizquierda K".
Finalmente, tuvimos info deportiva y algunos anticipos del próximo programa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Espectacular
che y aca en la metropolis no hay un programa asi! la cultura va a contrapelo del capital a veces!!
me tengo q conformar con escuchar a los momos de kabul