martes, marzo 25

Crónica de una Día de la Memoria anunciado

Ayer durante la tarde/noche en la plaza de La Consulta se realizó una radio abierta organizada por Radio Rumbos del Sur y alguno que otro vecino saintcharlyano. Explicar los motivos me parece una obviedad (miren la fecha: 24 de marzo) así que mejor detallar cómo estuvo el evento.
Bien, yo había estado en -exactamente- un par de reuniones de organización, así que sabía cómo venía la movida. Me acerqué temprano, en plena siesta, porque tenía que llevar una videocasettera (existen todavía) y -si bien no mucho- pero ya había movimiento. Estuvimos colocando unos atriles donde más tarde se expondrían obras alusivas -y no tanto- a la fecha. Ahí me fui a dormir, el sol pegaba fuerte y la gripe amenazaba. Convencido de que volvía tarde, a las 6 aparecí de nuevo por la plaza. Sin embargo, lo programado para las 16:30 aún no empezaba. Busqué a mis drugos y ahí estaba el resto de los saintcharlyanos: pululando entre la muchedumbre creciente, con su aura de incomprensión y espaldas curvas. Nos sentamos espectantes, ansiosos de acción.
Y empezó. Eduardo arrancó con la conducción y rápidamente dio lugar a uno de los cantautores de la jornada, que tocó una canción de Víctor Jara. Lo siguiente que veo es al Leo en el mic hablando sobre los pueblos originarios, contando lo que se viene haciendo, lo que queda por hacer, pero sobretodo haciendo memoria activa, algo que no es muy común hoy. Yo seguía sacando fotos, entre mates, y llenando planillas en repudio de la designación de Frigerio como titular de Irrigación. Sube la primera banda, donde Laureano y Nahuel, bajo la apariencia de tocar folclore, dejan caer una estela punk sobre el escenario. Canciones desenchufadas con pulsión rokera.
Cerca de las 7 se van los saintcharlyanos a Godoy Cruz a ver a Arbolito. A: se pierden al Patón Bonaccorso (trovador saintcharlyano); B: se pierden Involución (capítulo aparte).
Siguiendo con la acción, se suceden entrevistas entre bandas mientras paseo entre los cuadros y atiendo a murales que se estaban pintando. En tanto, se transmitían documentales en otros puntos de la plaza. Y acá viene uno de los puntos altos de la tarde-noche: el elenco "La acequia pa'fuera" presentó -impecable- una obra teatral alusiva al uso del agua y su manejo institucional. Teatro callejero rules.
En tanto, yo giraba con el Remo hablando de Golpe Bajo, buscando a nuestro boss para ver el qué, cómo y cuándo de la nueva temporada (problemas hoy resueltos). Me llama Eduardo para entrevistar a un militante preso durante la dictadura. Accedo. Saludo. Entrevisto. Sigamos.
Se acerca ya lo último, the jarcor time: Involución. La mejor línea del día (¿qué es eso?/sexo, droga y r'n'r/ eso le sirve al sistema:/¡es tu alienación!), vomitada sobre una base entre RATM y Minor Treath, y una ovación cerrada (algo que se les debía de la época de EfectoSperma).
Faltaría todavía alguna entrevista, mientras que se cerraba la noche profunda, a las 12. El Gatito Nahuel sobre el escenario grita "a desalambrar", todos cantamos, Eduardo salta entre los que quedan, y la emancipación se convierte en algo más que una bella proclama.

sábado, marzo 1

Vivir y morir en St Charly

ADVERTENCIA: el texto que sigue es caótico, bien podría titularse "de cómo hablar de verduras que son frutas puede llevarnos a esbozos de un manifiesto anarquista"

Estos días estuve dándole una mano a mi abuela, haciendo conservas. Primera vez.
Siempre me interesó todo lo que rodea a la tradición, con una visión crítica, pero respetando ese bagaje. Sobretodo por la reticencia en nuestra ascendencia europea a modificar patrones de su cultura: taneo españoles como italianos fueron sumamente retrasados (no es la palabra, pero estoy falto de sinónimos) para admitir en su idiosincrasisa aspectos diversos -aún en Europa misma- del mundo moderno.
En fin, mientras pelaba tomates y la tarde brutal caía con un chaparrón, me contaba mi abuela materna de cómo era este ritual en su infancia: precariedad absoluta, y mucho, mucho laburo. Sobre este punto, y ya pasando a un plano universal, fuera de mi familia en sí, buscaba respuestas a tanto énfasis en esta idea de la cultura del trabajo. Es decir, ¿por qué la autoexplotación (no es la palabra, pero carajo, son las 2am)?
En un principio, la sobreexposición al trabajo rural y la cultura del ahorro, se debieron seguramente al el hecho de que era la única realidad que les cabía. Eran sumante pobres los que llegaban sobre comienzos del ssiglo XX, aquellos mismos que denostaron y contribuyeron a la desvalorización del modelo de vida gauchesco y fundamentalmente americanista, precolombino, por asociarlo a la vagancia y la inmoralidad, haciendo una lectura simplista de aquel sistema valorativo. Sin embargo, se dio una fusión entre aquellas culturas que llegaban con las ya existentes: la formación de un lenguaje y una forma oficial de entender la cultura, dada por los gobiernos de fines del siglo XIX y comienzos del XX, dio un panorama general de -léase con ironía- nuestra historia a los recién llegados. Una historia signada por patrones que se repetirían singularmente a lo largo de todo el siglo pasado: los movimientos populistas, la atadura de la expresión folcrórica a formas perimidas de la moral (machismo, pleitesía hacia la clase dominante, etc.) como herramienta para sostener el pasado en una institución socialmente admitida, entre otros ejemplos, nos dan una idea de la influencia que marcaron la educación oficial del gobierno y la cultura inmigrante para con el resto del tiempo que advino hasta hoy.
Y no está de más explorar esta historia, que de alguna maner determina en buena medida las formas de vida en St. Charly. Determina porque en un pueblo es más fácil observar el rastro del pasado, que le cuesta más irse, porque hasy quiénes no quieren que se vaya. Como siempre: las clases dominantes. La clase dominante, burguesía agropecuaria e industrial en menor medida y medianos comerciantes, mantienen, no sin un grado importante de sumisión síndromedeestocolmista, al resto de la pequeña comunidad bajo sus huevitos, sus viejos genitales peludos, con el pretexto de sostener un viejo discurso de hallarse representados donde no se hallan. Es decir, el discurso de la tradición -en el sentido fundamentalista del término- es manipulado por el poder para mantener el canon. La familia patriarcal, la extensión del señorío fuera del trabajo, y muchos de los institutos dados por el mundo romano antiguo(la domus bajo la omnipresencia/omnipotencia del paterfamilias) configuran en varios aspectos la idiosincrasia de nuestros pueblos.
La liberación debe operarse de forma inteligente, renunciar al pasado y a la memoria histórica es negligente e irresponsable. Pero no implica en modo alguno la alienación a un modelo que niega el espíritu libre y la posibilidad de abrise a otra moral.